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Rowan Atkinson y la Libertad de Expresión

March 13, 2009

Bruce Bawer escribe en su libro While Europe Slept: […]En Gran Bretaña, por ejemplo, el ministro de interior David Blunkett, pensando en ganar votos musulmanes para el Partido Laborista, propuso una ley que convertía en delito insultar a la religión ajena por la posibilidad de desencadenar odios religiosos. Siendo su objetivo las publicaciones, obras de teatro, películas y toda clase de retransmisiones, – incluso habría dejado como delito al film “Sumisión”- uno habría esperado que las gentes de la escena, la literatura, la televisión, y toda una serie de actores y artistas se levantaran contra ella. Pero no. Sólo un artista de renombre se atrevió a hablar del asunto. Se trataba de Rowan Atkinson, el actor cómico que interpretaba a Mr Bean y Blackadder. En una carta al Times de Londres escribió: “Uno puede ser elogiado por hacer un buen chiste religioso, y puede ser ridiculizado o criticado por hacer uno malo. Pero la idea de poder ser denunciado y sentenciado por algo así me resulta alucinante”.

He retomado parte del speech de Atkinson de 2006, muy prudente en algunos puntos, pero interesante visión de un artista cómico que pudiendo callarse como el resto,  prefirió decir algo en el país donde prohíben el paso a Geert Wilders y dejan entrar a Hezbollah en visita formal.

[…]Todas las religiones merecen la misma libertad de culto y práctica, pero ninguna merece el derecho a la no-crítica. Es correcto y razonable que las religiones se protejan de amenazas, pero yo apoyo el derecho al insulto y al abuso, debido a la naturaleza esencialmente no racional de las creencias religiosas. Y eso no significa anularlas: es más, siempre creí que las cosas más importantes de la vida eran bastante “irracionales”. El amor, la belleza, el arte, la amistad, la música, la espiritualidad de cualquier forma, estas cosas son más importantes que las medibles o razonables. Quienes creen que en su lecho de muerte juzgarán el éxito de sus vidas por la magnitud de su  BMW, se llevaran una gran sorpresa. Sin embargo, también es lo irracional de las creencias religiosas lo que permite a veces saltarse las costumbres de una civilización o sociedad liberal. Esas prácticas deben abrirse a la crítica amplia, incluyendo lo que podría ser percibido como insulto o abuso. Ahora pueden decirme, ¡Oh el insulto es malo, deberíamos tener una ley contra eso! Bueno, ya la tenemos. Y por si alguien lo duda, la detención de un hombre en Oxford por acusar a un policía montado de ir sobre un caballo gay es bastante ilustrativa. […]El problema es juzgar lo que constituye una ofensa o abuso en un ámbito difícil de razonar. La raza es un concepto tangible, donde se ve claro en qué consiste la injuria y el abuso, cosa imposible con la religión, porque  para algunos, cualquier crítica de su práctica religiosa constituye un insulto. Por otro lado, la pretensión de distinguir entre creencias y creyentes esta condenada al fracaso. Las creencias sólo tienen sentido para los creyentes. Si atacas a una cosa, es difícil afirmar que no estás atacando la otra[…]No tiene sentido atacar algo en lo que nadie cree, no se puede hacer una broma sobre el tema sin llegar a lo humano. Cada chiste tiene una víctima y en caso de religión, incluso si el objetivo es la creencia, la victima será un creyente.

Me alegró cuando leí por primera vez aquello de:  “No se es culpable de delito por criticar, expresar antipatía , ridiculización o insultos a una religión, creencia u observancia“….Estupendo, buen trabajo, pensé…pero la siguiente palabra era…”a menos que se intente agitar el odio religioso o se sea poco consciente de si la acción incita o no al odio”. En otras palabras, usted no ha cometido un delito a menos que haya cometido el delito, en cuyo caso me temo que ha cometido un delito. Por no mencionar que un actor nunca podrá alegar que no tenía intención, ya que por lógica el cómico busca una víctima, lo raro sería que no lo hiciera. “Usted debería haber sabido que iba a causar problemas y, sin embargo siguió adelante con su actuación.”

[…] Creo que los ministros del gobierno saben bien qué es lo razonable, pero a la hora de la verdad se mueven como títeres bajo los hilos de grupos de presión. Qué cosa más frustrante. Les ruego que corten esos hilos y sean libres a la hora de hacer política. Política que puede cumplirse perfectamente sin que tengamos que sufrir permanentemente esa terrible ansiedad de no poder expresarnos.

*Actualización: parece ser, según actualiza Bivouac, que al final no se le concederá por tercera vez  la Visa de entrada al islamista Ibrahim Moussawi . Son buenas noticias.